Ayer hablando con una amiga me recordó una relación de pasado en la que yo solía exigir, pedir, criticar, juzgar al otro en demasía. Me cansaba de tanto analizarle y él de tanto escucharme. Desgaste emocional, mental, energético, para ambos, obviamente todo acabo...

El punto es que me quedé pensando, que desgastante es convivir en esa inconformidad, me imagino siendo yo la que recibe las criticas, las incansables peticiones de cambios en mi persona y ahora solo pienso que si estuviera en ese caso, solo le diría al otro:

"Sé que tengo que trabajar en esto, pero lo haré por mí, a mi tiempo, a mi ritmo, de acuerdo a mi capacidad actual para realizar ese cambio y por más que me lo pidas en cualquier tono, idioma o emoción, no va a cambiar mi proceso, así que si no tienes el amor, comprensión y entendimiento de mi proceso, bueee gracias y hasta la próxima jaja."

Nadie puede obligarnos a realizar un cambio de conciencia, por más certero que éste sea, a su petición, a su requerimiento, a su necesidad. No! Cada quien tiene su proceso y respetarlo es amor, amor a uno mismo, amor a nuestro semejante. No exijamos cambios y no nos presionemos a cambiar por otros. 

Lo más bonito es la travesía, aunque a veces ésta nos parezca un camino demasiado pantanoso, aunque sintamos que nos va a ahogar. Sin oscuridad no conoceríamos la luz.